El paso por nuestras vidas de la pandemia ha supuesto un cambio en nuestras vidas y sobre todo ha tenido un importante impacto en la salud mental de la infancia y la juventud.
Las emociones son parte de nuestro día a día y como gestionarlas cuando ha habido una interrupción de las rutinas y unas restricciones sociales ha sido muy difícil para esta población más vulnerable.
Ante esta situación ha habido un uso excesivo de tecnologías y la limitación de la actividad física.
Todo esto en conjunto ha acentuado situaciones de ansiedad, miedo, síntomas depresivos, conductas autolesivas y conductas suicidas.